Misión

Misión: estamos dedicados a promover cambios positivos en las políticas educativas y la práctica, a través de ideas innovadoras y soluciones a los problemas educativos más urgentes de nuestro tiempo. Hemos introducido un nuevo enfoque a la educación mediante la aplicación de las reglas de un mundo interdependiente y electrónico integrado. A través de nuestras redes, actividades y recursos multimedia, promovemos la cooperación internacional e interdisciplinaria. Más importante aún, ponemos en primer plano los principios de una educación global e integral.

Adolescentes

De 13 a 20 años: Eligiendo una profesión y construyendo una actitud correcta hacia la vida
Serie Educación Dr Michael Laitman
La adolescencia, es la transición natural de los niños hacia una nueva etapa de desarrollo desde el punto de vista hormonal y psicológico. Esta etapa comienza a las edades de 12-13, los primeros años de la adolescencia, y termina alrededor de los 20 años, cuando se han vuelto (al menos desde una perspectiva fisiológica) seres humanos maduros. Si hemos hecho nuestro trabajo correctamente como padres y educadores, ellos también tendrán la madurez psicológica y emocional para poder entrar en el mundo de los adultos.

En este período de vida tenemos la última oportunidad de tener una influencia significativa en los niños antes de que comiencen a manejar sus vidas en forma independiente. Por lo tanto, es importante prepararlos correctamente, y cultivar en ellos la responsabilidad hacia la familia, la sociedad, el trabajo, la administración del hogar, la responsabilidad cívica y así sucesivamente. Al final de sus años de estudio en la escuela, deben estar familiarizados con todos los aspectos comunes de la vida, incluyendo relaciones familiares y sociales. Una preparación adecuada para esto durante los años de la escuela es vital. No sólo los ayudará a entender los acontecimientos del mundo al que están a punto de entrar, sino también los ayudará a entender cómo puede ser combinado con relaciones de confianza, respeto y amor mutuo.

Al final de esta fase de maduración, un hombre joven o una mujer deberán estar preparados para llevar una vida independiente, convertirse en unos seres socialmente comprometidos, adquirir una profesión y comenzar una familia. No se sorprenda: nuestros niños están listos para esto, incluso si es difícil para nosotros aceptar que han crecido.


Eligiendo una profesión

Una característica común en la juventud de nuestros tiempos es la falta de paciencia con las expectativas sociales y una actitud creciente hacia la auto-gratificación. La razón de esto radica en sus deseos, que están constantemente creciendo y dificultándoles ver cómo los compromisos comunes en nuestro mundo pueden satisfacerlos. Comienzan a ser perturbados por preguntas como: “¿Dónde debo ir? ¿Qué profesión debo elegir? ¿En qué debo comprometerme? ¿Cómo puedo satisfacerme exitosamente?”

Los jóvenes observan a la gente que la sociedad considera exitosa, tales como médicos, contadores, ingenieros y arquitectos, y ven que su jornada de trabajo comienza temprano en la mañana y termina en algún momento no determinado y tarde en la noche. Ellos no quieren trabajar tan duro y no quieren perseguir los estándares de éxito que les han fijado las generaciones de sus mayores. Es simplemente poco claro para ellos por qué deben hacerlo así. Al vernos a nosotros, es obvio para ellos que tal actividad frenética no resultó en felicidad o sensación de satisfacción para los que participan en ella. Por lo tanto, debemos crear una sociedad para nuestros hijos en la que la elección de una profesión, no obstante rentable, no termine con un cálculo sólo de ganar dinero, sino que también tenga como objetivo darle a la persona satisfacción emocional [espiritual] en la profesión. Uno debe ser capaz de disfrutar de la profesión en la se compromete. Las diez horas de trabajo pueden y deben ser tiempo creativo, no importa cuál profesión… pintor, experto en informática o soldador.

El secreto para llevar a cabo esto se encuentra en la medida en que la profesión conecta a la persona con otros. Si la persona siente que contribuye a la sociedad, ayudando a la gente del mundo a conectarse entre sí, y que al hacerlo está contribuyendo a la armonía general del mundo, entonces la satisfacción que obtendrá de su trabajo será sublime. Esto no está relacionado con el tipo de profesión, pero sí con una actitud psicológica interna que necesitamos desarrollar en los jóvenes durante su formación.

De hecho, a la edad de 13 años, la mayoría de las tendencias naturales del niño ya están establecidas. Por lo tanto, a esta edad, los educadores en la escuela y los padres pueden ayudar a desarrollar estas tendencias.  Trabajando juntos, pueden ayudar a los adolescentes a encontrar un campo de trabajo que les satisfaga en la vida.

Hablando prácticamente, se recomienda permitir a los adolescentes experimentar con varias profesiones y no dirigirlos dentro de un campo estrecho. Para ello, como parte del estudio de su escuela, los adolescentes necesitan integrarse en instituciones de educación superior y así comenzar a “probar” los diferentes campos. Ellos deben ser alentados a asistir a lecturas abiertas sobre diversos temas -física, química, historia, artes, computación, deportes-, simplemente todo, para que posean todas las herramientas que le permitan elegir una profesión de por vida y de todo corazón.

En la práctica es así como el primer año en todas las instituciones de educación superior deben obrar. En lugar de insertar a una persona inmediatamente en una ranura estrecha con prerrequisitos mandados, se les debe permitir experimentar en una variedad de campos.

Además, en una sociedad ideal no se cobraría dinero por educación. El gobierno absorberá el costo de esta educación por sí mismo, ya que sus dirigentes y ciudadanos entenderán que un adolescente niño o niña deben tener la libertad de estudiar cualquier tema que elijan, con el fin de contribuir con la sociedad.

Como hemos mencionado y discutido en artículos anteriores, además de cursos de formación profesional, a esta edad también deben introducirse cursos sobre la administración del hogar, relaciones familiares y vida social. 

A esta edad la vida en la escuela debe ir acompañada de explicaciones constantes sobre cómo trabaja el mundo en el que están entrando, cómp funcionan las ramas y los mecanismos que gobiernan, cómo trabaja el sistema legal, cómo dirigirse a la policía o a un abogado, cómo conducirse con bancos y compañías de seguros, cuáles son nuestros derechos básicos como ciudadanos y mucho más. A diferencia de la forma teórica y seca en que se hace hoy en día, estos estudios también deben incorporar la experiencia real, que debe estar basada en un enfoque mucho más práctico y relevante de la vida.

Vamos a concluir el debate con la profesión que debe ser el rol más respetado en la sociedad, la persona cuyo objetivo es criar niños felices: el "Maestro". ¿Qué significa esto? Al final del proceso educativo, que comenzó inmediatamente en los padres aprendiendo de su embarazo (incluso antes), y continúa durante los veinte años de educación que se describen aquí, nuestros jóvenes hombres y mujeres han sido entrenados para convertirse ellos mismos en educadores, y criar a las generaciones futuras.

De esto, podemos ver que la profesión de la “enseñanza” no se limita a aquellos que reciben un salario por hacerlo (aunque estos maestros serían muy apreciados en la sociedad). En su lugar, todo joven hombre y mujer recién egresado del sistema educativo corregido, reconocerá que su propio desarrollo y llenado está inextricablemente ligado a su inversión en la felicidad y éxito de sus hijos y que sólo puede garantizarse mediante la construcción de un marco educativo adecuado para la próxima generación.